Contaminación urbana
Los ambientes urbanos, de la forma en que se han desarrollado, favorecen la aparición de numerosos trastornos y patologías.
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Los ambientes urbanos, de la forma en que se han desarrollado, caracterizados por la sobre edificación, la falta de espacios verdes utilizables, el ruido, la contaminación atmosférica y visual, las aglomeraciones y, en verano, por el calor excesivo favorecen la aparición de numerosos trastornos y patologías, entre los que destacan aquellos psíquicos y especialmente el estrés. El estrés es un estado fisiológico de adaptación del organismo a los estímulos producidos por el ambiente físico y social, que puede adquirir connotaciones patológicas si se prolonga a lo largo del tiempo. Una amplia literatura científica de las últimas dos décadas muestra el nexo entre la contaminación atmosférica y los daños en la salud, con efectos agudos y crónicos en el sistema cardiovascular y respiratorio.

Al respecto, es de destacar la relación existente entre la exposición a la contaminación atmosférica y efectos agudos como mortalidad diaria, ingresos y exploraciones de urgencias, consultas de ambulatorio y consumo de medicamentos por problemas cardiovasculares y respiratorios. Actualmente existen suficientes evidencias de la asociación causal entre contaminación atmosférica y aumento de la mortalidad cardiovascular, especialmente por infarto de miocardio agudo.

Estas mismas fuentes de contaminación, por ejemplo el tráfico, son también a menudo fuentes de emisiones acústicas que así mismo pueden provocar infarto de miocardio e hipertensión. Estos efectos son especialmente evidentes en los grupos de población más vulnerables, como los ancianos, los niños, los individuos ya afectados por patologías cardiovasculares y respiratorias, quienes pueden manifestar trastornos y enfermedades incluso por exposición a concentraciones de contaminantes inferiores a las establecidas como límites legales, y en personas que viven cerca de zonas de mucho tráfico, con niveles de contaminación mayores de los valores medios del área.

Coherentemente con las evidencias publicadas por la literatura científica, la contaminación urbana ha de reconocerse como una de las causas importantes de molestias y enfermedades, y consiguientemente debe ser un tema de alta prioridad en las políticas de prevención primaria y de fomento de la salud, y por lo tanto en la programación sanitaria y en el diseño urbanístico y territorial de las ciudades. En especial, es urgente modificar los ambientes de vida, de forma que cubran en mayor medida las necesidades del ser humano, con una atención particular a los niños y a las generaciones futuras.

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